P/D: siempre nuestros.


Y creo que deberías saber... 
Cuándo la luz del amanecer me dibuja las curvas que definen la mujer que soy ahora, ajena a la nena tierna de la que te enamoraste años atrás, en esas luces suelen viajar azules tus miradas apagadas y presas de ternura contenida y anestesiada. Percibo a los kilómetros, durante las mañanas tristes, tu sombra tenue e incandescente que me abraza y me sostiene en el océano de recuerdos en que navega mi mente y mi corazón a veces distanciado de mi realidad. 

2015

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