Un milagro llamado AMALIA.
Hay milagros que caminan, laten suavemente y sonríen a las costas de río sin sol... Cuentan historias de pájaros y de cartas.
Hay milagros que comen caramelos y transmiten experiencia culinaria.
Mi milagro de ojos grises, tiene un frágil contemplar la vida que le ocurre lento. Huele a roscas y a sopas mi asombroso fenómeno añoso, mi apacible compendio de recuerdos.
Nos amamos de una forma extraordinaria, mientras su brutal dulzura incrementa en cada mirada compartida: la capacidad de mi fe.
Sta Rosa de Calamuchita 2017, enero.
Qué lindo escribe la poeta de los pies descalzos, que persigue la luna.
ResponderEliminar