Inicio del fin ...
He
roto con tu ausencia… su juego inútil para seducir mi tiempo
libre, ha despertado la violencia de todos mis sentires.
Me
arden las pupilas de observarla caminar entre mi ropa… se pasea
fría, al ritmo de ese latido turbio que me remonta a tu voz en el
teléfono. Sucede que esta tarde, ya no he podido soportar ninguna de
tus implacables ausencias… Ni la de tu risa, siquiera, que es la
que se cuela en mis bolsillos, y en mi guardapolvo… y en el
viejísimo bolso azul que ayuda a mi tarea diaria.
Termine
de una vez por todas con tu falta de presencia… Que ha decir
verdad, debo discriminar, de tú existir permanente aquí: sobre las
sabanas.
Es
curioso. Frecuentemente cuándo algo se rompe… otro algo, aunque
sea de a pedacitos, se vuelve tangible y se libera.
Liberar tu
ausencia es olvidarte.
Y
si te olvido, ¿con quien compartiría mis piernas y mis proyectos,
y mi almohada…?
Hermoso.
ResponderEliminarHermoso.
ResponderEliminar